Visita e instalación de registradores de temperatura en el Jou Santu (Picos de Europa)
José Luis Acuña.
Como cada verano
desde hace 13 años, los miembros del “Proyecto Jous en Picos” hemos
peregrinado al corazón del Macizo Occidental de Picos de Europa a recoger los
registros anuales de temperatura del Jou Santu. Este Jou es un enorme hoyo
kárstico donde hace 15 años un aficionado registró una temperatura de -27ºC.
Esta temperatura de vértigo nos inspiró para continuar con las mediciones en
estos lugares inhóspitos, más cerca de los grandes desiertos fríos que de los
verdes paisajes de Asturias con un objetivo en mente: registrar la temperatura
más baja de la historia en España en uno de los jous. Trece años después, las
observaciones de este grupo han pulverizado el record de -32ºC registrado en
1956 por el Instituto Central Meteorológico en Estany Gento, con una medición de -35,8ºC
en la Vega de
Liordes, Macizo Central de los Picos de Europa, uno de las localidades de
estudio del proyecto REBECA.
Mapa del Jou Santu y su cuenca, donde se han instalado los registradores de temperatura.
2025 no ha sido un año
frío. El mínimo en el Jou Santu se alcanzó el 6 de Febrero, con -20,8ºC, tras
una secuencia de 3 días de piscina de aire frío continúa (PCAP).
Detrás de estas
temperaturas se encuentra un proceso que roza la magia. Al caer la noche sobre
un paisaje cubierto de nieve, el terreno emite rápidamente en forma de
radiación infrarroja el calor almacenado durante el día. Este “enfriamiento
radiativo” genera una delgada capa superficial de aire superenfriado que comienza
a fluir cuesta abajo como si fuera agua. En un valle abierto, ese aire fluye
como un río. En un hoyo cerrado se acumula, formando el equivalente a un lago de aire
frío.
El Jou Santu es la vaguada
rocosa que se ve abajo a la derecha en la foto. A la izquierda, arriba, la cara
norte de la Peña Santa de Castilla. A su derecha, por orden, Torre del Torco y
1ª, 2ª y 3ª María.
Liordes es el
monstruo del frío en Picos de Europa. En los días despejados de invierno se forma
una enorme piscina que recoge el aire gélido de una gigantesca cuenca de
recepción, dando lugar a mínimas de récord. Sin ser tan extremo, se puede decir
que el Jou Santu es la Gran Nevera de Picos. A diferencia de los demás Jous, en
el Santu las piscinas suelen hacerse permanentes, manteniendo la temperatura
por debajo de los -15ºC durante varios días. Es un gran laboratorio del frío.
¿Cómo afectan estas temperaturas a la flora y la fauna del Jou? ¿Cómo se
adaptan las especies a estos extremos de temperatura? ¿Podría el Jou
Santu ser un refugio para las especies de alta montaña a medida que el Cambio
Climático las desplaza más y más arriba?

El momento del recambio,
con el alivio de comprobar que los aludes, de gran tamaño en esta zona, no se
han llevado la garita.
Tras 4 horas de
penoso ascenso, nos hemos adentrado en la inmensidad del Jou Santu para recoger
el fruto de un año de mediciones almacenadas en un “datalogger”. Aunque no ha
sido un año de grandes records, la expedición ha sido especial por otro motivo:
como parte de nuestra colaboración con el proyecto REBECA, hemos instalado
varios dataloggers a diferentes alturas en las laderas del jou. Eso permitirá
establecer la variación en vertical de las temperaturas a lo largo del año, y
sus posibles consecuencias sobre la biota. Estamos muy orgullosos de poder
colaborar con REBECA, y de que
nuestro pequeño aporte de ciencia ciudadana ayude a ampliar el conocimiento
sobre este misterioso y potencialmente relevante fenómeno. Atesoramos 13
años de registros en el Jou Santu, en la estación
online de la Vega Liordes de NOROMET y en otros jous, que ponemos a disposición de
los investigadores. Mientras aguante el cuerpo, seguiremos sondeando estos
maravillosos parajes a pié, con raquetas, con esquís de travesía o mediante
estaciones online remotas. En el fondo, nos mueven deseos muy primarios: frío y
montañas.
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El equipo de “friólogos”,
con la garita meteorológica y la Peña Santa al fondo.
Una salamandra en el
camino, la auténtica reina de Picos.
(Fotografías: Leticia Viesca, Carlos Guardado)